Santa Rosa: Entrada |
Divina Pastora visita Iglesia San Pedro en Barquisimeto |
Cuando mis ojos ven la imagen de la Divina Pastora, no pienso en la imagen fría y sólida, de yeso, bronce o algún otro material, estatua como dirían algunos, sino que pienso similar a cuando veo una fotografía de mi madre fallecida; proyecta en mí aquellos sentimientos de amor, solidaridad, entrega incondicional, paz, valores, que tan solo ese ser amado, venerado, pudo sembrar en nuestra alma y espíritu, que nos ha guiado por este laberinto hasta lo que somos hoy en día: Así veo, entiendo y quiero a mi Divina Pastora. Ella también es hija de Dios y es nuestro prójimo.
Iglesia de Santa Rosa |
Jefatura Civil |
(Oscar Montilla)
Reseña Histórica: Esta devoción proviene de Sevilla(España). Un cura capuchino de nombre Isidoro de Sevilla, recibió una revelación en uno de sus sueños. Era la imagen de la Divina Pastora. Días más tarde, le dio al artista Alonso Miguel de Tovar, una descripción detallada de su visión para que éste realizara un cuadro. La imagen de la virgen con sombrero pastoril, cubierta por una manto azul, sosteniendo en su mano izquierda al niño y apoyando la derecha sobre un cordero, fue llamada "Divina Pastora de las Almas".
Años más tarde, el escultor Francisco Ruiz Gijón, esculpió la imagen tamaño natural de la Divina Pastora. Y en el año 1705, la imagen fue llevada a su primera procesión en este país europeo.
La historia de la Divina Pastora en Venezuela se remonta al año 1736, fecha en la que el párroco de la población de Santa Rosa le encomendó a un escultor que le hiciera una imagen de la Inmaculada Concepción. Sin saber por qué, la figura que llegó al pueblo fue la de la Divina Pastora y aunque el sacerdote quiso devolverla, no pudieron pues el cajón estaba muy pesado. El pueblo entero dedujo que este extraño hecho indicaba que la efigie religiosa deseaba quedarse en Santa Rosa.
En el año 1855 hubo una epidemia de cólera que afectó a Venezuela. Una gran cantidad de familias de Barquisimeto sufrió graves consecuencias por este mal y ya desesperados le imploraron a esta imagen religiosa que los ayudara. Se cuenta que el sacerdote José Macario Yépez, párroco de la barquisimetana iglesia de la Concepción, se ofreció ante la Virgen a ser la última víctima de la enfermedad. Algunas historias dicen que seis meses después del ofrecimiento, el sacerdote murió y la epidemia abandonó la ciudad; otras, indican que el mismo día de la petición cesó la epidemia.(wikipedia)