.... un minuto de comunicaciòn con nuestro Padre Celestial nos enseña a Ser Felices

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Amén

sábado, 18 de diciembre de 2010

NAVIDAD: Historia de los Tres Reyes Magos(Cuento)

PULSA EN EL TITULO PARA INFORMACIÓN DE INTERES


Cuéntame un cuento: 
La historia de los tres Reyes Magos

Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle 
como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el 
colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo: 
- ¿Papa?  
- Sí, hija, cuéntame 
- Oye, quiero... que me digas la verdad 
- Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido 
- Es que... -titubeó Cristina 
- Dime, hija, dime. 
- Papá, ¿existen los Reyes Magos? 
El padre de Cristina se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir 
el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido                   
como el suyo que le miraba igualmente. 
- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad? 
La nueva pregunta de Cristina le obligó a volver la mirada hacia la niña y 
tragando saliva le dijo: 
- ¿Y tú qué crees, hija? 
- Yo no se, papá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen 
porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso. 
- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos 
pero... 
- ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me habéis 
engañado! 
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen 
-respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Cristina. 
- Entonces no lo entiendo papá. 
- Siéntate, cariño, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya 
ha llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el padre, mientras 
señalaba con la mano el asiento a su lado. 
Cristina se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que 
le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió 
de ser la verdadera historia de los Reyes Magos: 
-Cuando el Niño Dios nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por 
una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos 
en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan 
feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo: 
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a 
todos los niños del mundo y ver lo felices que serían. 
- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de 
hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de 
niños como hay en el mundo. Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba 
escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó: 
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos 
magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el 
mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.

   Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su 
deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy 
atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal: 
- Sois muy buenos, queridos Reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a 
ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para 
poder llevar regalos a todos los niños? 
- ¡Oh, Señor! -dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas. 
Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que 
pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no 
podemos tener tantos pajes, no existen tantos. 
- No os preocupéis por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos  
pajes para cada niño que hay en el mundo. 
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres 
Reyes con cara de sorpresa y admiración. 
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer 
mucho a los niños? -preguntó Dios. 
- Sí, claro, eso es fundamental - asistieron los tres Reyes. 
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los 
niños? 
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más 
entusiasmados los tres. 
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y 
los conozca mejor que sus propios padres? 
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios 
estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír: 
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes 
de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno 
que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan 
en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a 
sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños 
sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los 
propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores 
para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de 
entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus 
padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias 
a los Tres Reyes Magos todos son más felices. 
Cuando el padre de Cristina hubo terminado de contar esta historia, la niña 
se levantó y dando un beso a sus padres dijo: 
- Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contenta de saber que me 
queréis y que no me habéis engañado. 
Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano 
mientras decía: 
- No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año 
que viene ya guardaré más dinero. 
Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes 
Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.


PD:   Los Reyes Magos (también conocidos como los Reyes Magos de Oriente) es el nombre por el que la tradición denomina a los visitantes (tres según la consideración más extendida) que, tras el nacimiento de Jesús, habrían acudido desde países extranjeros para rendirle homenaje y entregarle regalos de gran riqueza simbólica: oro, incienso y mirra.
Leer más sobre la historia de estos interesantes personajes:   Los Tres Reyes Magos


 .... ahora Disfruta de la mejor PUBLICIDAD !!!

Salmo 23

El señor es mi pastor, nada me faltará.
Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo, tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la casa del Señor por muy largo tiempo.

... anótate como seguidor de Aprender a Ser Feliz