.... un minuto de comunicaciòn con nuestro Padre Celestial nos enseña a Ser Felices

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Amén

viernes, 29 de enero de 2010

PUBOCOCCIGEO músculo del Amor

Aprenda más de como ejercitar este músculo de su cuerpo y será recompensado(a) con una mejor vida sexual.

La información que vas a leer a continuación te ahorrará muchas horas de angustias y cohibición de tu disfrute sexual. Es sano y positivo aprender más sobre nuestro cuerpo y sus funciones, sin tabues de ningún tipo, pena, ni caer en falsas promesas. A veces una mala sexualidad, como la eyaculación precoz, puede ser controlada mediante el ejercicio efectivo y constante de este músculo.
El músculo pubococcigeo está presente tanto en hombres como mujeres. Internamente se extiende desde la base del coxis hasta el hueso púbico, en el caso de la mujer rodea la vagina y en el hombre finaliza en la base del pene. Tú, hombre ó mujer, conoces este músculo: es el que contraes cuando quieres dejar de orinar, asimismo, cuando tienes un orgasmo durante el acto sexual, es el responsable de las contracciónes involuntarias que sientes en tu cuerpo. A medida de que avanzas en edad, el músculo pubococcigeo se va debilitando, ocasionando en el caso de los hombres, la disfunción erectil, esto debido a que un músculo fuerte ayuda a tener erecciones solidas, duraderas, con incremento sustancial del placer durante el acto sexual. En un nuevo artículo hablaremos de los ejercicios recomendados para su fortalecimiento. Mientras tanto, lee más sobre este importante músculo de tu cuerpo!

Salmo 23

El señor es mi pastor, nada me faltará.
Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo, tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la casa del Señor por muy largo tiempo.

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