Semana Santa en España
Resumen:Germanalonso
La Semana Santa supone el momento
culminante del ciclo anual del cristianismo.
Dios envió a su único hijo a salvar a la
humanidad, y este, siguiendo los designios del Padre, fue sacrificado en una
cruz.
Así empezó todo.
Dos mil y pico años después, los estados
aconfesionales organizan su calendario para conmemorar aquellos hechos religiosos
llenos de misterios.
Las cadenas públicas de televisión
retransmiten los actos religiosos que tienen lugar en todos los rincones del
país, y en la capital del imperio cristiano, Roma; donde hombres de avanzada
edad vestidos con ricos trajes y cubiertos de joyas, dicen que Jesús fundó la Iglesia de los pobres.
Hoy sabemos que esos pobres no pueden ser
homosexuales, ni pueden masturbarse, ni pueden disolver su matrimonio aunque la
vida sobre la tierra se haya transformado en el infierno. Tampoco pueden ser
pobres las que interrumpen un embarazo provocado por una violación, o cuando la
vida de la gestante está en peligro.
Sabemos que no pueden ser pobres los que creen
en otros dioses porque les ha tocado nacer en otras culturas, ni pueden ser
pobres los que usan preservativos para evitar que la miseria, el hambre y el
VIH sigan proliferando en África.
El resto de la humanidad, los que no pertenecemos
a esos grupos de pobres a los que hay que salvar de algún peligro que acecha en
la otra vida, debemos ser ricos. Por eso nos marchamos de vacaciones indiferentes
a lo que pasa en la Iglesia
y en todas las iglesias. De vez en cuando nos cruzamos con un grupo de hombres
que acarrean pesadas imágenes religiosas por calles angostas y atestadas, otras
veces esperamos treinta minutos a que la mesa del restaurante de la playa quede
vacía. Casi siempre caemos en la trampa de un atasco. Vemos un partido de
fútbol o una película en el cine. Lamentamos que el turismo de los ricos como
nosotros esté acabando con los lugares más hermosos de nuestro país.
Y cuando no nos ve nadie, conducimos por
encima del límite de velocidad, fumamos sustancias prohibidas, practicamos sexo
sin amor, y sexo con amor con personas de nuestro sexo, comemos carne un
viernes o dejamos de ir a misa el Domingo de Resurrección. Cometemos algunos
delitos menores y algunos pecados mortales, pero no decimos a nadie como tiene
que vivir su vida y su muerte.
La Semana Santa en España es un
buen momento para observar un país que hace treinta años era la reserva
espiritual de occidente y hoy no.
Los tiempos y las costumbres han cambiado,
pero la Iglesia Católica,
que era la garante de aquella espiritualidad, en lugar de avanzar hacia el
siglo veintiuno, parece querer retroceder a tiempos pretéritos.
Semana Santa en España Publicado originalmente en Shvoong: http://es.shvoong.com/society-and-news/news-items/203191-semana-santa-en-espa%C3%B1a/
Resumen:Germanalonso
La Semana Santa supone el momento
culminante del ciclo anual del cristianismo.
Dios envió a su único hijo a salvar a la
humanidad, y este, siguiendo los designios del Padre, fue sacrificado en una
cruz.
Así empezó todo.
Dos mil y pico años después, los estados
aconfesionales organizan su calendario para conmemorar aquellos hechos religiosos
llenos de misterios.
Las cadenas públicas de televisión
retransmiten los actos religiosos que tienen lugar en todos los rincones del
país, y en la capital del imperio cristiano, Roma; donde hombres de avanzada
edad vestidos con ricos trajes y cubiertos de joyas, dicen que Jesús fundó la Iglesia de los pobres.
Hoy sabemos que esos pobres no pueden ser
homosexuales, ni pueden masturbarse, ni pueden disolver su matrimonio aunque la
vida sobre la tierra se haya transformado en el infierno. Tampoco pueden ser
pobres las que interrumpen un embarazo provocado por una violación, o cuando la
vida de la gestante está en peligro.
Sabemos que no pueden ser pobres los que creen
en otros dioses porque les ha tocado nacer en otras culturas, ni pueden ser
pobres los que usan preservativos para evitar que la miseria, el hambre y el
VIH sigan proliferando en África.
El resto de la humanidad, los que no pertenecemos
a esos grupos de pobres a los que hay que salvar de algún peligro que acecha en
la otra vida, debemos ser ricos. Por eso nos marchamos de vacaciones indiferentes
a lo que pasa en la Iglesia
y en todas las iglesias. De vez en cuando nos cruzamos con un grupo de hombres
que acarrean pesadas imágenes religiosas por calles angostas y atestadas, otras
veces esperamos treinta minutos a que la mesa del restaurante de la playa quede
vacía. Casi siempre caemos en la trampa de un atasco. Vemos un partido de
fútbol o una película en el cine. Lamentamos que el turismo de los ricos como
nosotros esté acabando con los lugares más hermosos de nuestro país.
Y cuando no nos ve nadie, conducimos por
encima del límite de velocidad, fumamos sustancias prohibidas, practicamos sexo
sin amor, y sexo con amor con personas de nuestro sexo, comemos carne un
viernes o dejamos de ir a misa el Domingo de Resurrección. Cometemos algunos
delitos menores y algunos pecados mortales, pero no decimos a nadie como tiene
que vivir su vida y su muerte.
La Semana Santa en España es un
buen momento para observar un país que hace treinta años era la reserva
espiritual de occidente y hoy no.
Los tiempos y las costumbres han cambiado,
pero la Iglesia Católica,
que era la garante de aquella espiritualidad, en lugar de avanzar hacia el
siglo veintiuno, parece querer retroceder a tiempos pretéritos.
Semana Santa en España Publicado originalmente en Shvoong: http://es.shvoong.com/society-and-news/news-items/203191-semana-santa-en-espa%C3%B1a/